Texto de: Daniela Londoño Usma – danilondon.usm@gmail.com
Hablar de la menstruación con tu hija no tiene por qué ser un tema complejo. Te contamos por qué es importante abordar este tema y algunas claves para hacerlo.
La menarquía, primera regla o primera menstruación es un momento crucial en la vida de cada niña o mujer. Al tratarse de una etapa de grandes cambios a nivel físico, hormonal, psicológico y emocional, es probable que tu hija pueda mostrarse ansiosa, asustadiza o preocupada. En esta entrada te queremos compartir algunas pautas e información importante para que, como padre o madre de familia, podáis acompañar de la forma más clara y comprensiva a vuestra(s) hija(s) en esta situación.
La Primera Regla, un Tema Prohibido.
Hasta hace algunos años, hablar de la menstruación era considerado un completo tabú. Es por esto que tradicionalmente poco se habló del tema en casa, en las escuelas o incluso en la sociedad misma. La menarquia, como se le denomina a la primera menstruación en las mujeres, ha sido durante muchos años un tema a esconder. Por miedo, pudor o vergüenza, muchas generaciones de mujeres crecieron con bloqueos a la hora de hablar de su propio cuerpo, de los cambios que experimentaba y de lo que suponía este gran tránsito de la niñez a la madurez.
Hoy en día esta situación se ha transformado en gran medida, pues se ha adquirido socialmente una mayor consciencia sobre la importancia de la educación menstrual y sexual. En este sentido, se ha logrado asumir la regla y la primera regla, como momentos completamente normales dentro del desarrollo de mujeres y niñas. Y por lo tanto, la necesidad de abordarlo de una manera clara y sencilla.
¿Por Qué hablar de la Regla y Cuándo Hacerlo?
Si tienes una hija, muy seguramente te estés preguntando cómo abordar este tema y cuál es el momento más adecuado para hacerlo. Normalmente, la primera menstruación suele aparecer entre los 11-12 años, no obstante, también puede presentarse mucho antes o después. Considerando lo anterior, es importante que empieces a abordar el tema de manera temprana, al menos paulatinamente.
Por ejemplo, es bastante común que en algún momento tu hija se cuestione temas sobre su cuerpo, o que pueda escuchar en cualquier espacio algo referente a la menstruación. Incluso puede ser que te vea o te escuche a tí misma hablar de ello. También puede ver compresas o tampones en casa y muy seguramente esto le generará muchas dudas o curiosidad. Este tipo de circunstancias son momentos perfectos para ir acercando el tema, hablando de lo que significa menstruar, de cómo será ese momento y lo que implica para su crecimiento.
En cualquier caso, es fundamental poder hablar con naturalidad y espontaneidad sobre lo que supone este cambio. Cuándo puede llegar y presentarse y porque es un evento importante e incluso esperado por su cuerpo. Por el contrario, evitarlo puede generar muchísima confusión, desorientación o que tu hija asuma que el hablar de su propio cuerpo es equivocado o debe evitarse. Lo anterior, puede generar a la larga, conflictos consigo misma o una aversión al hecho de menstruar.
¿Qué Debo Decirle y Cómo?
Por considerarse históricamente como un aspecto tabú, la primera menstruación se ha entendido como la puerta al inicio de la vida sexual. Es por esto que algunos evitan el tema, asumiendo que inmediatamente se presentarán riesgos como los embarazos no deseados o incluso enfermedades de transmisión sexual en sus hijas. Lo cierto es que, aunque complementarios, la educación sexual y la educación menstrual son dos temas diferentes, y al menos en principio, así deberían abordarse.
La menstruación en general, y sobre todo la primera regla, va mucho más allá del inicio de la sexualidad. Se trata de una serie de cambios físicos, emocionales y psicológicos complejos que el cuerpo de tu hija empezará a atravesar a partir de este momento. Es justamente en estos temas en los que se debería enfocar una conversación sensata. Es decir, explicar que su cuerpo dejará de lucir como el de una niña, que sus pechos y caderas crecerán, o que es probable que sus estados de ánimo fluctúen. Todo esto porque una vez al mes, su cuerpo experimentará un sangrado, producto de un óvulo no fecundado, como un proceso natural y cíclico de su cuerpo.
Habla desde tu propia experiencia.
Una manera muy práctica de acercar el tema, es hablar desde tu propia experiencia, cuéntale cuándo y cómo fue tu primera regla, cómo lo viviste. De esta forma, tu hija podrá sentirse identificada y asumir la experiencia como algo normal que le pasa a todas las mujeres. Al mismo tiempo, podrá aprender de ti, resolver las dudas que tenga y sentirse mucho más segura a la hora de afrontar este momento.
Si eres padre, puedes estar preguntándote cómo hablar desde tu experiencia. No obstante, como padres, también es importante que toquéis este tema con vuestras hijas, no importa si no es un proceso que vivís mes a mes. Así, hablar de la regla y de sus cambios, desde la perspectiva masculina puede aún más fortalecer la seguridad en tu hija y ayudar a eliminar los tabúes pueda tener al respecto. De hecho, piensa que si papá habla con naturalidad de un tema femenino, es porque es completamente normal, natural y no implica ningún problema.
Algunos Temas Clave.
Además de lo que ya hemos mencionado, el siguiente listado resume algunos temas clave a la hora de hablar de la primera regla. Tener estos temas presentes, te ayudará a encontrar el momento o las situaciones adecuadas para tratarlos de la manera más espontánea posible. Tener varias charlas sobre cada tema en particular, ayudará a no sobrecargar de información a tu hija y que la información fluya de forma natural.
- La menstruación es un proceso normal que forma parte del ser mujer y demuestra que estás sana.
- ¿Qué va cambiar y qué no, al venir la regla? Su cuerpo, emociones, rutinas cotidianas.
- Cuáles son las opciones que puede usar en esos días: compresas, tampones o, si no queremos generar tantos residuos a la naturaleza, están las bragas menstruales o la copa menstrual.
- Higiene y cuidados
- Aceptación de su cuerpo y ciclos naturales
- ¿Embarazo? Sí, en última instancia hablar de esto es importante, no a modo de alerta o amenaza, sino como parte de una manifestación del cuerpo femenino y sus posibilidades. Es decir, cómo puede suceder, cuándo es adecuado planearlo y cómo funciona el cuerpo en este sentido.